Hola!
Mi nombre es Ingrid Antolino. De muy pequeña ya tenía muchas inquietudes en mi interior: ¿Por qué estamos aquí? ¿Qué sentido nuestra vida? ¿Se puede vivir sin sufrimiento? ¿Podemos ser verdaderamente felices?
Mis inquietantes preguntas tardaron años en ser respondidas, puesto que ha sido la propia Vida con sus experiencias, las que me han hecho comprender, por mí misma, las respuestas.
En el transcurso de mi niñez se me ocurrieron profesiones muy diferentes: veterinaria, arqueóloga, detective, misionera, profesora… todas ellas me parecían interesantes, pero cuando trataba de decidir una y me paraba para escuchar a mi corazón, lo que sentía muy fuerte en mi interior era que anhelaba dedicarme a alguna actividad con la que pudiera contribuir positivamente al mundo.
Así, con 16 años se me ocurrió estudiar Psicología para llegar a ser Coach, pero finalmente, cambié de rumbo y estudié Economía con el fin de llegar al Banco Mundial y poder implementar programas de desarrollo humano en países subdesarrollados y en vías de desarrollo.
Tengo que reconocer que el viaje de mi vida hasta hoy, ha sido un camino de risas y alegría, aunque también hubo momentos de lágrimas y decepciones. Sin embargo, algo dentro de mí, siempre me ha impulsado a tratar de aprender de las experiencias y a mirar siempre hacia adelante, y a pesar del miedo y las dudas, siempre le dije sí a la Vida.
En el año 2015, con 32 años, inesperadamente tuve un grave accidente de coche, en el que sufrí un traumatismo craneoencefálico que derivó en una discapacidad cognitiva. Como resultado, tuve que dejar mi profesión en la Banca y replantearme desde cero mi futuro profesional. Fue entonces cuando se me ocurrió crear la Escuela de Amor y Felicidad.
Hoy me siento verdaderamente agradecida a la Vida por todo lo que me ha dado y por todo lo aprendido, pues siento que soy feliz a pesar de cualquier hecho que me acontezca, y puedo amar incondicionalmente todo lo que existe y a todo ser humano por ser único.
Así, cada día doy gracias a todas las personas que me han acompañado en esta experiencia humana, incluso a las que más daño me hicieron, puesto que sin ellas hoy no sería la que soy. Y por supuesto doy gracias infinitas por mi familia y por todas aquellas personas que llenan mi corazón de amor cada día.
Mi propósito es guiar a la humanidad a recordar que somos en esencia El Infinito y toda la abundancia que merecemos, y acompañarles en el trabajo de vuelta al Amor.
¿Qué te puedo ofrecer?
Siempre he creído que: El que busca, encuentra.
Así, pretendo ofrecerte diferentes recursos gratuitos y otros servicios, y deseo de todo corazón que lo que hago te pueda aportar lo que buscas.
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